Una madre
30/11/2005
Soy madre y es duro ver la NO política para la juventud de nuestro Ayuntamiento, es duro ver como mis hijos y los de mis amigos se van porque no tienen nada que hacer en su pueblo, y lo primero que piden es una moto para poder salir de Olocau, SI, SALIR, o bien para poder ir a estudiar, a trabajar o a divertirse porque es excesiva la tranquilidad que demandan algunos, cuando lo más alegre y bonito es oir el bullicio (que no escandalera) de los niños jugando, correteando por las calles y a los jóvenes divirtiéndose, que no gamberreando, aunque muchas veces ese gamberrismo es de pura impotencia y protesta en un pueblo en el que parece que sea delito ser joven, recuerden que es la gente la que hace un pueblo, un pueblo sin gente no es nada.
En Olocau casi siempre que se organiza algún acto es para conmemorar o recordar a gente mayor o la vida pasada, ¿a qué tanto mirar p'atras y tan poco mirar al futuro. Yo me pregunto muchas veces si mis hijos cuando sean mayores tendrán muchas cosas para recordar de su vida de juventud ligada a su pueblo, es triste señores, pero así es la vida cotidiana de los jóvenes y niños que viven día a día en Olocau, que no es lo mismo que venir a pasar unas vacaciones a Olocau o un fin de semana.
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