Decir en Olocau "El Castell" es llamar popularmente al conjunto monumental de la casa solariega de los Condes de Olocau. Consta de un edificio central, la casa señorial, el resto son la bodega, lagar, almazara y una torre árabe con posteriores restauraciones medievales. La parte más primitiva del conjunto es la torre del siglo XIII, que corresponde a la alquería de Pardines, aldea existente en el momento de la conquista por Jaime I, que formaba parte del término del Castillo de Olocau, actualmente más conocido como Castillo del Real. El 23 de agosto de 1398, el primer barón del Valle de Olocau, Antoni de Vilaragut i Visconti, vinculó estas tierras a su linaje. Años después, en 1628, le sería concedido el título de Conde de Olocau a un descendiente suyo: Joan de Vilaragut i Sanç.
La primera referencia documentada de que los Vilaragut han construido una residencia junto a la torre es del año 1493, cuando el barón Ramón de Vilaragut i Pardo de la Casta, toma posesión de ella: "Congregats en el dit lloch de Pardines, donat la dita casa del Senyor, es la porta de l'esglèsia del dit lloch...". Esta casa será el centro administrativo y de recogida de los diezmos que los vasallos deben entregar al señor. Con el tiempo, la casa se convertirá en el palacio señorial del Condado de Olocau, formado por el actual Olocau, Marines, Gátova, Olla, Torres, La Garrofera y Pitxiri, abandonando los Vilaragut la residencia habitual en el Castillo del Real o castillo de Olocau. En ese momento, la aldea de Pardines pasará a llamarse Olocau.
El palacio medieval de la Señoría consiguió su máximo esplendor con el segundo conde de Olocau, Jordi Sans de Vilaragut, marqués de Llanera (1650), casada con Agnés de Lima i Abreu, sexta condesa de Regalados, que vivieron largas temporadas en Olocau y donde celebraron la boda de Margarida de Vilaragut y Castellvi con Dídac de Fenollet i Albinyana, caballero de Xàtiva, el 6 de junio de 1628.
En 1787 el palacio se deterioró a causa de los terremotos de principios de siglo y la torre quedó medio hundida. Fue entonces cuando tomó posesión del Condado Dídac de Fenollet i Valterra de Blanes, que, en 1796, mandó construir un nuevo edificio separado de la torre, según nos recuerda una lápida situada en la puerta principal. El edificio fue reformado en 1805 por el maestro de obras de Llíria, Miquel Vergara, de acuerdo con el mandamiento de la condesa viuda de Olocau, Sinforosa Crespí de Valldaura, que residió en él durante el verano (desde junio hasta que pasaba la fiesta del Rosario, que se celebraba el primer domingo de octubre) acompañada de sus hijos: Pasqual Vicent, Dídac y Mª de la Concepción de Fenollet i Crespí de Valldaura.
En 1871 muere el conde Pasqual-Vicent de Fenollet sin herederos directos, y entonces deja como heredera universal a su sobrina Mª del Carmen Crespí de Valldaura i Caro, hija de los condes de Orgaz y Sumacarcer, residente en la ciudad de Palma y casada con Josep Quint de Zaforteza i Togores, que visitó ocasionalmente Olocau. Así, poco a poco, la casa se convirtió en la casa de los apoderados (familia de Roc Romero i Puig) labradores que llevaban el cultivo de las tierras del dominio directo de los condes.
En 1902 la casa y las tierras del dominio directo del Condado pasaron a Marià Zarforteza i Crespí de Valldaura y su esposa, Ángela Lund. En 1918 los sobrinos de éstos, Mateu, Josep y Dídac Zaforteza i Mussoles, residentes en Palma, se convirtieron en propietarios hasta que, en 1959, la vendieron a los hijos y descendientes del último apoderado, Lluís Romero i Bernad.
En 1864, el Conde Pasqual-Vicent de Fenollet otorgó poder a Roc Romero i Puig para administrar las tierras del Condado y representarle ante las autoridades municipales de Olocau, Marines i Gátova. Roc Romero había pasado su infancia como criado en el convento de Portaceli, donde le habían enseñado a leer y escribir. También fue secretario de los municipios del Valle de Olocau. Casado con Francesca Agustí Oliver, se instaló en la Casa de la Señoría donde viviría el resto de su vida. En 1879, la condes, Mª del Carmen Crespí de Valldaura, otorgó poderes a Lluís Romero i Agustí (hijo de Roc Romero) para dominio directo y las montañas, tierras sin cultivar y bosques de Olocau, Marines y Gátova, junto con la masía de La Garrofera. A la muerte de su padre, éste habitó la casa con su familia. Muerto Lluís Romero, sus hijos y herederos: Pep, Lluís, Màxim, Cecilio i Cecilia. En 1959, la familia, junto con los descendientes de Màxim y Francesca Romero, adquirieron las tierras y la casa. Cecilia Romero y su hijo Vicent Agustí habitaron en ella hasta 1969.
En el año 1999 este edificio fue adquirido por el Ayuntamiento de Olocau y desde entonces, y con ayuda de la Diputación de Valencia, se han realizado diferentes fases de rehabilitación: se ha consolidado la estructura del edificio que tenía peligro de derrumbe, las cubiertas, los muros y la carpintería exterior. Pero queda mucho por hacer: la torre, la almazara, el lagar, la adecuación del interior del edificio y los patios.
La bodega y las botas:
Tras la fermentación en las piletas de decantación de la almazara o lagar, el mosto se ha convertido en vino y necesita ser conservado para su maduración. Para evitar una segunda fermentación y que el vino se convierta en vinagre hay que minimizar la acción de las bacterias, por ello la bodega está excavada en el subsuelo, para mantener una temperatura baja y constante durante todo el año.
El vino se trasegaba a los bocois, botas o barriles de roble, y aquí maduraba adquiriendo los sabores de la madera. Dentro de estos bocois se quemaba azufre para reducir el oxígeno y así evitar que el vino se estropease. Todos estos toneles descansan sobre un soporte de madera recto, que permitía girarlos conforme se iban vaciando para que todas las duelas estuviesen húmedas e hinchadas, manteniendo así la estanqueidad del contenedor.
El techo de la bodega:
Al entrar en la bodega de la Casa de la Señoría de Olocau llama la atención su techo de ladrillos que utiliza la técnica de la bóveda tabicada o bóveda catalana. Esta técnica de origen romano, se basa en el uso de un material aislante y barato, como es el ladrillo, unido con yeso, que al fraguar rápidamente permite hacer estas formas en poco tiempo. En primer lugar, se hacían los arcos carpaneles con la ayuda de moldes o cimbras de madera y después se realizaba la bóveda, sin cimbras, únicamente con ladrillos, yeso y la pericia del albañil.
Todas las bóvedas dibujan formas circulares excepto la primera, con forma de cruz, y al mismo tiempo que sirven de techo de la bodega son el sustento del suelo del granero. Al parecer, la condesa de Olocau, Sinforosa Crespí de Valldaura, encargó la obra a Miquel Vergara, un maestro de obras de Llíria, a principios del s. XIX.
Prensa de jaula:
La prensa de jaula recibe su nombre por un compartimento cilíndrico de listones de madera que alberga los hollejos de la uva que van a ser prensados. En el centro hay un husillo o tornillo de hierro por el que se desliza la tapa, que, accionada por una palanca, presiona sobre las pieles de la uva, extrayendo el mosto que después convertirá en vino.
Este tipo de prensas suele utilizarse para estrujar los hollejos resultantes del pisado y sacarles más jugo, obteniendo así un vino de menor calidad que el del prensado con los pies. Esta máquina dispone de ruedas y es de finales del s. XIX o principios del XX, cuando los tornillos de hierro fundido industriales van desplazando a los de madera que se fabricaban desde época romana.
Carro, lagares y bodega de la Casa de la Señoría:
El carro es el sistema de transporte más utilizado en la economía preindustrial. Cuenta con dos ruedas de radios de madera con llanta metálica que giraban sobre un eje de hierro que iba unido a la caja del carro, espacio habilitado para la carga, formado por dos varales o barandillas laterales. El cuerpo del carro iba unido a los caballos o mulos (machos) por medio de dos barras, cuando el carro iba poco cargado y se podía mover con solo animal, o por medio de una barra central a la que se uncía un par de animales cuando la carga era mayor y el peso requería mas ejemplares. Carros como este se utilizaron para acarrear la uva desde las viñas cercanas, que en el s. XIX ocupaban buena parte del término de Olocau.
Los carros llegaban a las ventanas de los muelles de descarga y vaciaban su contenido sobre las losas de rodeno, la primera parte del lagar. A continuación, la uva caía en la balsa de pisado, donde se prensaba con los pies. El mosto resultante llenaba las balsas o piletas de decantación y aquí se convertía en vino. Después, en los bocois de la bodega el vino se almacenaba y maduraba hasta su venta, acabando aquí un proceso que había comenzado con la vendimia en los meses de septiembre y octubre.
Pisado de la uva:
Se conoce como lagar al recipiente o lugar donde se pisa la uva y comienza el proceso de elaboración del vino. El Lagar de la Casa de la Señoría consistía en origen, en 4 balsas de pisado a las que se le vertía directamente la uva a través de una ventana que funcionaba como dársena de descarga de los carros que venían cargados de la vendimia. Las balsas presentan un rebaje en su boca donde se colocaban unos maderos tapándolas completamente. Es directamente sobre estos tablones sobre los que se realiza la acción de pisado, cayendo el primer mosto dentro de las mismas. A continuación, el mosto se dejaba correr a un segundo nivel de balsas para decantarlo y que terminara su proceso de vinificación por la acción de las levaduras.